El MEJ en nuestro país

En la Argentina el movimiento se inició en forma sistemática. Existen comunidades en casi todos los puntos del país. Las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús (Argentinas), toman el movimiento como opción del Instituto en la Argentina y Chile, y lo difunden donde tienen casa o colegio. A partir del primer encuentro nacional de Asesores y animadores realizado en el Colegio Máximo a fines del mes de febrero de 1996. Se comenzaron a tender las primeras líneas para la conformación de un Mej más nacional. Se creó una secretaría nacional que ya en 1997 prestaba servicios de comunicación, es decir que era y es el centro neurálgico de comunicación del M.E.J. en Argentina

Relación del MEJ con el Apostolado de la Oración

Desde 1970, el MEJ de Francia depende directamente de la Conferencia Episcopal con la particularidad, sin embargo, de que el episcopado francés ha pedido la ayuda de los jesuitas en el Consejo Nacional, a fin de mantener la inspiración ignaciana reconocida como específica del Movimiento. En los otros países mencionados más arriba, como Italia, España, Chile, Argentina, Madagascar, etc., la vinculación con la Compañía de Jesús y el Apostolado de la Oración se mantiene con la especificidad de que la Compañía de Jesús considera el AO y el MEJ un servicio pastoral que puede y debe prestar a la Iglesia universal y a las Iglesias locales.

Al Congreso de Secretarios Nacionales del AO de 1985, Juan Pablo II decía explícitamente: «Atención especial debe prestarse a los niños y jóvenes que constituyen el Movimiento Eucarístico Juvenil, versión actual de la clásica Cruzada Eucarística.

Por su parte, la última Congregación General de la Compañía de Jesús, en 1995, en el decreto sobre la colaboración de los laicos en la misión, decía:

Somos un Movimiento Eucarístico Juvenil...

…para servir con alegría a su estilo.Somos niños, niñas y jóvenes que reconocemos en Jesús, el Camino, la Verdad y la Vida.

• Camino en un tiempo de búsqueda y opciones definitivas,

• Verdad en un tiempo de confusión y crisis de identidad,

• Vida en una cultura de muerte.

Somos niños, niñas y jóvenes llamados por Jesús y la Iglesia a vivir nuestra misión hoy y no sólo mañana. Somos niños, niñas y jóvenes que queremos decir al mundo que nuestra alegría juvenil brota del encuentro con Dios, de amar desinteresadamente, de mirar nuestra historia con esperanza, del proyecto de Jesús que nos entusiasma y nos mueve a actuar.

Somos niños, niñas y jóvenes dispuestos a vivir AL ESTILO DE JESÚS.